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Usualmente se realiza en el consultorio médico o en un área especialmente acondicionada para ello. Se trata de un estudio sencillo e inocuo que requiere de un equipo de ultrasonido con un transductor hecho para tal fin más el empleo de un gel conductor. El Ultrasonido pélvico se hace con el o la paciente acostada en posición supina o dorsal (boca arriba), luego de colocado el gel, se procede a pasar el transductor sobre el área del abdomen inferior y se procede a la ubicación de la vejiga, el útero, y los ovarios, del feto (en el caso de la mujer embarazada). Este examen amerita que la paciente tenga la vejiga llena al momento de realizarse el mismo lo que permitirá una mejor definición de las estructuras de la pelvis. Este estudio, realizado por médicos con el respectivo entrenamiento, nos aporta una valiosa información que permitirá concluir, o bien la ausencia de alteraciones morfológicas o la presencia de las mismas que hagan necesario otros estudios de imagenología o de laboratorio con fines diagnósticos y terapéuticos precisos.
- Tiempo de duración: de 15 a 30 minutos aproximadamente.
- En el caso específico del hombre, la ultrasonografía pélvica permite explorar:
- La glándula prostática, la vejiga y las vesículas seminales.
El ecosonograma prostático se hace, específicamente, introduciendo el transductor vía rectal. La incomodidad que produce usualmente es similar al tacto rectal.
Servicios: Ultrasonografía transvaginal.
El ultrasonido transvaginal se realiza en posición ginecológica, en una camilla destinada para uso ginecológico. La paciente debe estar desvestida, al menos de la cintura hacia abajo y debe tener la vejiga vacía o muy parcialmente llena. El médico procede a introducir el transductor, cubierto con un protector (o un condón) y untado con el gel conductor, dentro de la vagina. El transductor envía ondas sonoras que reflejan las estructuras internas y de allí van a una computadora que las recibe y las utiliza para crear una imagen, la cual es observada y analizada por el médico, en un monitor de televisión. Durante el examen, el transductor es desplazado dentro de la vagina y en distintas direcciones para precisar los órganos pélvicos.
Este estudio es indoloro, aunque algunas mujeres pueden experimentar una leve molestia por la presión del transductor o debido a alguna patología en el área ginecológica.
Entre las indicaciones para realizar un ultrasonograma pélvico o transvaginal están:
- Sospecha de quistes, fibromas y otras neoplasias.
- Sangrado vaginal anormal y trastornos menstruales en general.
- En estudios de infertilidad.
- Sospecha de embarazo ectópico.
- Dolor pélvico.
El ultrasonido transvaginal ha demostrado ser eficaz para controlar la abertura o el acortamiento del cuello uterino o la entrada del útero, específicamente a partir de las 18 semanas.