Toma de Biopsia y Citología

 

La citología está indicada a partir del momento en que una mujer inicia sus relaciones sexuales (RS). La frecuencia de su realización es controversial, pero, al menos, debe realizarse una (1) vez al año o con la frecuencia que el médico estime necesaria. La citología nos permite detectar, no sólo alteraciones celulares en el cuello uterino previas a la aparición del cáncer como tal, lo que nos llevaría a hacer una efectiva prevención de este mal, sino también procesos infecciosos y la etiología o causa de los mismos que conduzcan al médico a indicar el tratamiento específico. También se emplea en el control de casos de infertilidad.

Hay varios consejos que se le hacen a la paciente que va a su consulta ginecológica (o a otras consultas donde también se puede tomar esta muestra, como la de cirugía, por ejemplo):

No realizarse, en las 24 horas previas a la consulta, baños ni irrigaciones de la zona genital pues ello elimina los depósitos celulares presentes en las secreciones de la vagina y las que provienen del cuello uterino, alterando el resultado de la muestra.

Algunos médicos consideran necesario que la paciente no mantenga RS dentro de las 24 a 48 previas a la realización de la citología.

  • La paciente debe intentar estar lo más tranquila y relajada posible, con ello se evitan molestias que pueden presentarse al insertar el espéculo en la vagina. En el caso de que sea la primera vez que a una paciente se le toma una citología, puede estar particularmente ansiosa, no obstante, la ginecóloga (o ginecólogo) están preparados para manejar la experiencia y apoyar a la paciente para que la realización del examen se lleve a cabo satisfactoriamente.
  • No utilizar tampones vaginales en las 24 horas previas al examen.
  • La vejiga urinaria debe vaciarse antes de este examen a menos que se prevea la realización de un ultrasonido pélvico, caso en el cual, se realiza éste primero y posteriormente se le indica a la paciente que puede orinar.

La citología de cuello uterino, es un examen sencillo que implica la previa colocación de la paciente en una camilla ginecológica y la inserción de un espéculo metálico o desechable que permita ubicar el cuello uterino. En primer lugar, se toma la muestra de material del canal que tiene esta estructura (endocérvix), la cual se hace con un hisopo y, luego, de su parte externa (exocérvix) con una paleta de madera conocida con el nombre de espátula de Ayre (también puede utilizarse un baja lenguas). Es de hacer notar que han surgido otros dispositivos para la toma de la citología como el citocepillo y las espátulas de punta extendida (espátula de Aylesbury).

Durante la toma de la citología, la paciente puede experimentar alguna molestia como una sensación de presión. Además, podría presentar un escaso sangrado durante o posterior a la toma.

Las muestras tomadas se extienden en una lámina de vidrio (portaobjeto) y son rociadas con un fijador empleado para tal fin.

La toma de la citología usualmente no consume más de cinco a diez minutos.

Aparte de la citología del cuello uterino, pueden tomarse citologías de otras áreas del aparato genital femenino como la vagina y la vulva.

Igualmente, y de ser necesario, se toman muestras citológicas cuando la paciente presente algún tipo de lesión en las mamas (en este caso, la muestra se toma con una aguja fina) o secreción por los pezones.

La única contraindicación para la toma de una citología del cuello uterino, de la misma vagina o vulva, es que la paciente esté menstruando, ya que la presencia de restos hemáticos (de sangre) y de desechos del tejido endometrial (capa más interna del útero) altera, en forma significativa, la interpretación de la muestra.

En el caso de las pacientes que no hayan iniciado RS y que presenten flujos que se consideren clínicamente patológicos, se procede a tomar una muestra con un hisopo fino. Esta muestra, llamada pool vaginal, es manejada de la misma forma que en el caso de la citología del cuello uterino.

Hay que hacer notar que, la presencia evidente de lesiones en el cuello uterino, la vagina, la vulva puede ir acompañada de una inmediata toma de biopsia con una pinza especialmente diseñada para ello. Una biopsia, a diferencia de la citología, implica tomar una muestra de la lesión o una parte de la misma con la finalidad no sólo de hacer un diagnóstico más preciso sino de evaluar la extensión de la misma.

Por otro lado, la decisión de tomar una muestra para biopsia del cuello uterino, puede estar orientada por reacciones a ciertas sustancias aplicadas sobre él, como el lugol o por la colposcopia que nos permite visualizar alteraciones que no se ven a simple vista.

La toma de una biopsia, podría requerir la utilización de anestesia local y el uso del electrocauterio que permite eliminar sangrados.

Las muestras citológicas y/o de biopsias, deben ser correctamente identificadas con el nombre de la paciente, edad, número de su cédula de identidad (C.I.), zona de donde proviene la muestra, fecha de la última regla (FUR) y fecha de toma de la muestra. Luego, la o las muestras son enviadas a un Servicio de Anatomía Patológica para su examen microscópico, realizado por el Médico Anatomopatólogo quien está especializado en el estudio y diagnóstico de los tejidos del organismo.

El resultado se envía a la consulta del médico o es entregado directamente a la paciente, según se convenga.

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